"Hagan crecer la acción, el pensamiento y los deseos por proliferación, yuxtaposición y disyunción, más que por subdivisión y jerarquización piramidal. Suelten las amarras de las viejas categorías de lo negativo (el limite, la falta, la carencia) que el pensamiento occidental ha sacralizado durante tanto tiempo en tanto que formas de poder y modos de acceso a la realidad. Prefieran lo que es positivo y múltiple, la diferencia a la uniformidad, los grupos a las unidades, las articulaciones móviles a los sistemas rígidos. Consideren que lo que es productivo no es sedentario, sino nómada" Michel Foucault, 1968.

jueves, 30 de diciembre de 2010

Comunicación de fin de año


Comunicación de fin de año
El 2011 se abre como un escenario donde se ha de definir en líneas más profundas el próximo quinquenio de la Argentina. El acontecer político da certeza de la inexistencia de términos medios. Una amalgama inédita nos coloca ante un ejercicio de reflexión política para el cual cada vez estamos más experimentados. ¿Será ese ciclo transitado una toma cada vez mayor de los espacios conquistados por el pueblo como se está dando en el actual tejido que propone el gobierno nacional, o seremos nuevamente sujetados por el furibundo contraataque de los agónicos manotazos de ese sistema agotado que busca restaurar el inhumano neoliberalismo conservador?
El año entrante, año de elecciones es sin dudas uno de los momentos desde el reinicio de la democracia en la Argentina donde todos debiéramos, más allá de los disensos de formas, de los pasiones aventuradas, de los enojos precarios, de las diferencias de talla, color, o gusto, pensar qué país queremos de acá al futuro, incorporando un análisis agudo del periodo iniciado en 2003. Un análisis que supere esa instancia y se convierta en posición política de toda la ciudadanía. En ese sentido, el año electoral, dejará a la vista el talento dirigencial de los cuadros políticos que desempeñan tareas concretas tanto en los temas nacionales, provinciales y locales. Pero es indefectible tener una mayor expansión de protagonismo como sujetos políticos para solidificar nuestro proyecto nacional popular e integrador. Por ello es más que meritorio las experiencias militantes en franco crecimiento en los marcos de una fuerte resignificación de la política. Ellas nos demuestran que son indispensables tanto espíritus apasionados como juiciosos, unidos todos en una experiencia colectiva concretizada en el quehacer cotidiano, sin desmayos.
Es el periodo kirchnerista una combinación de actitudes y de experiencias políticas de diferentes generaciones de militantes. Por eso es que vamos experimentado cambios culturales, de prácticas, modos y discursos que tienden a alejarse de los prejuicios como así también dejan al desnudo las posiciones más estereotipadas y reactivas a los cambios sociales. Vivimos un tiempo donde ya no se teme tratar cuestiones que tensionan y que proponen un proceso de cambio permanente, enfrentando factores o núcleos del poder hegemónicos del establishment.
Y todo esto en realidad nos remite al nombre del “flaco” Néstor, que con su obra de gobierno imprimió este andar intenso, más épico que quijotesco y que hoy es un símbolo del amor a los ideales de equidad social para todos los argentinos. Su vigencia es también el motor para que la irrefrenable actuación presidencial de Cristina siga llevándose por delante cualquier caracterización de fragilidad que se haya intentado o se intente propulsar desde la agenda mediática. Como la que se intentó generar en los últimos hechos lamentables en que el exabrupto opositor buscó esmerilar el poder presidencial e institucional en su conjunto, y que puso de relieve maniobras de inseguridad, violencia social y asesinatos, jugando a construir una imagen retrospectiva al 2001 en una posición tan vil como rastrera, tan mediocre como delincuencial.
Frente a esto se acerca un año de toma de decisiones imperiosas: Reforma Financiera, Reforma Fiscal, Pacto Social. Complejidades que exigirán más participación política, más debate crítico y por ende, más verdadera democracia para una justicia social.
Este es el deseo para el año que viene y para los que siguen.

Carta Abierta Gba Sur, 30 de diciembre de 2010.

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