"Hagan crecer la acción, el pensamiento y los deseos por proliferación, yuxtaposición y disyunción, más que por subdivisión y jerarquización piramidal. Suelten las amarras de las viejas categorías de lo negativo (el limite, la falta, la carencia) que el pensamiento occidental ha sacralizado durante tanto tiempo en tanto que formas de poder y modos de acceso a la realidad. Prefieran lo que es positivo y múltiple, la diferencia a la uniformidad, los grupos a las unidades, las articulaciones móviles a los sistemas rígidos. Consideren que lo que es productivo no es sedentario, sino nómada" Michel Foucault, 1968.

lunes, 14 de febrero de 2011

LOS ACTORES SOCIALES Y LA INFLACION




CARTA ABIERTA GBA Sur

LOS ACTORES SOCIALES Y LA INFLACION



Hemos expresado en artículos anteriores que el fenómeno de la inflación no se produce ni por obra y gracia del Espíritu Santo, ni por ósmosis, ni por factores meteorológicos; sino por la acción concreta de hombres que representan intereses de sector y que en muchos casos el objetivo es la defensa puntual de ese interés sectorial y en otros, la finalidad puede ser, como lo demuestran los hechos que se han sucedido en los últimos tiempos, perjudicar deliberadamente a un gobierno, cuando determinadas políticas van en sentido contrario de lo que pretenden esos sectores de poder. Los procesos traumáticos que hemos vivido en nuestro país como consecuencia de la inflación, nos han hecho perder la ingenuidad como para seguir creyendo que aquí no hay responsables, y que los precios suben sólos, como quien arroja un globo al aire y ya nadie puede detenerlo.
Es difícil creer que cuando uno particularmente decide vender su casa, su auto o cualquier otro bien, aparezca de la nada, un cartel donde esté estipulado, tanto su valor como sus formas de pago; del mismo modo cuesta creer que el precio de la papa, la carne, de un pasaje a la Costa o el de un alquiler, sea producto de la Divina Providencia y no de la decisión interesada de alguien que desea obtener una ganancia. Se supone que hay un cálculo sobre los costos y los riesgos que hay en todo emprendimiento y/o actividad que se lleva adelante, lo cual es comprensible. Lo que no se entiende, por que jamás lo dicen, es cuáles son esos costos y si los mismos tienen relación con los precios que cobran al público.
En épocas anteriores nos decían que la inflación era consecuencia de la excesiva emisión de billetes, o por la falta de producción, o porque aumentaba el dólar, o el petróleo. Hoy no existe ninguno de esos factores, y sin embargo los precios aumentan en forma desmesurada, generando una pérdida importante en el poder adquisitivo del sector asalariado. Es hora, entonces, de decir claramente que la inflación, es generada por algunos empresarios inescrupulosos de posición dominante en el mercado, que están al frente de petroleras, automotrices, harineras, pooles sojeros, bebidas gaseosas, carnes, etc., y por el propio Estado, que con su anacrónica política impositiva, que data de la década neoliberal, se contrapone al modelo de equidad distributiva que se intenta aplicar; además de la ausencia de controles eficientes que impidan este festival especulativo. También hay que decir que nosotros como consumidores debemos reclamar con firmeza y denunciar en las Defensorías del Consumidor, o donde corresponda, cuando haya aumentos abusivos en cualquier producto de consumo masivo. De modo que aquí, todos los actores sociales tienen su responsabilidad en el tema inflacionario, ya sea por acción u omisión, aunque demás está decir, que la mayor responsabilidad recae sobre los grupos dominantes que imperan sobre todo, en el mercado alimentario, y que han decidido arbitrariamente que la mesa de los argentinos sea hoy una de las más caras del mundo, cuando debería ser todo lo contrario, puesto que somos uno de los grandes países productores de alimentos .
Debemos decir, que tanto el sector de la producción agroalimentaria como el sector industrial no han apoyado jamás un proyecto político emancipador de los mercados mundiales, ni han permitido jamás un desarrollo económico genuino, sano y fuerte que incluya a todos los sectores productivos en el reparto de las ganancias y que le dé al país un modelo económico sustentable, en vez de un modelo anabolizado, es decir inflado artificialmente producto de un crecimiento basado en la especulación y no en la producción real. Por el contrario, boicotean cada intento que se hace en tal sentido y participan sin reservas en cada hecho desestabilizador que se genere con el fin de debilitar al gobierno.
Este es un año eleccionario, por lo tanto es de esperar que se produzcan algunos hechos relevantes que tengan como objeto dañar la gestión de gobierno en vigencia, aunque sabemos que como siempre el más perjudicado es el grueso del sector trabajador y el tema de la inflación va a ser sin dudas, una de las armas más contundentes que van a usar para lograr sus propósitos. Por lo tanto es necesario estar atentos y no dejarnos arrastrar por este tipo de maniobras que muchos de nosotros conocemos perfectamente. Por otro lado el Gobierno debe ser más enérgico en los controles pertinentes y crear instrumentos legales que permitan a la ciudadanía acompañarlo en dicha tarea, de manera que sus reclamos sean más efectivos y así quien aumente los precios de manera arbitraria, sea castigado como corresponde y no goce de la impunidad que observamos actualmente.

Martin J. Silva
fopaci2008@yahoo.com.ar
Febrero de 2011.

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